martes, 1 de marzo de 2016

AFÁN DE CLARIVIDENCIA

AFÁN DE CLARIVIDENCIA

Como muchos antes que yo, creo en las coincidencias y a veces también en el don de clarividencia de los novelistas (la palabra «don» no es exacta porque sugiere una especie de superioridad; no, eso forma parte del oficio: el esfuerzo de imaginación imprescindible en la profesión, la necesidad de fijar la atención en los pequeños detalles —y eso de manera obsesiva— para no perder el hilo y dejarse llevar por la pereza, toda esa tensión, esa gimnasia cerebral pueden sin duda provocar a la larga fugaces intuiciones «concernientes a sucesos pasados y futuros», como dice el diccionario Larousse en la entrada «Clarividencia».

Patrick Modiano, Dora Bruder, Seix-Barral, Barcelona, 1999. Traducción de Marina Pino, p. 47

Toda una poética del novelista.


Una palabra, «don», que no es exacta, pero que ahí está, en la falsa humilitas del autor. Y todo lo demás tan cierto: el esfuerzo de imaginación, la atención en los pequeños detalles, esa gimnasia cerebral... para provocar las fugaces intuiciones, ¡alcanzar la clarividencia! Más allá de que el poeta sea un vidente, es necesario que el novelista sea un clarividente. ¡Ese es el afán, el afán del verdadero escritor!


lunes, 22 de febrero de 2016

Sic transit gloria mundi

     "En la nueva sala de sesiones privadas de la Academia, la estatua de Racine ha sido puesta en un rincón y la estatua de Corneille en el centro, detrás del sillón presidencial.
     Anteriormente, era Racine quien estaba en el centro, y Corneille en el rincón. Se ha dado un paso. Una demolición más, una reconstrucción más, un paso más, y será Molière quien ocupará el lugar de honor."

Victor Hugo, Choses vues, 1º de diciembre de 1846

    Si bien observas, querido lector, he ahí una breve historia de la Filología Moderna, y una más breve aún historia de la literatura clásica francesa. Y he aquí un breve apéndice contemporáneo a ambas.

Pedro Galván, Momentos estelares de textos en el telar, 22 de febrero de 2016