lunes, 7 de diciembre de 2020

ARPAS Y MANOS DE NIEVE

 

ARPAS Y MANOS DE NIEVE

 

Proust es una magdalena. Una vez que lo has leído, todo aquello que él recuperó en su busca del tiempo perdido, también lo recuperas tú a través de él. Así, cuando yo estaba contemplando las figuras todas del pórtico de la catedral, pronto reparaba en una de ellas y entonces me decía: “esa posee la mano de nieve que despierta el arpa”. Y el arpa era ya el arpa de Proust, porque aquella imagen maravillosa parecía «despertar aquel canto con arpas que entonces se elevaba» sobre las «conmovedoras efigies que ennoblecen para siempre la fachada venerable y seductora de las catedrales», tal como lo escribiría Bergotte. Momentos en que «la sensibilidad, que la dicha hizo callar como arpa ociosa, quiere una mano que la haga resonar, aunque sea brutal, aunque la rompa» (1). Y asimismo el arpa de Proust convertía a éste en un Lázaro que despertaba también el arpa de Bécquer, y la mano que la hace resonar era la “mano de nieve” que arrancaba en mí notas nunca oídas.

(1) Por el camino de Swan, Marcel Proust


Con agradecimiento a www.romanicoaragones.com por la imagen

domingo, 9 de agosto de 2020

LOS OBREROS DE LA TORRE DE BABEL

 

LOS OBREROS DE LA TORRE DE BABEL

Durante años esperamos aquí arriba, ateridos, sedientos y hambrientos. Muy de vez en cuando, cada vez más espaciadamente, llega algún portador con la vasija de agua casi vacía, algún mendrugo duro como piedra, o alguno otro con una carga, si acaso, de dos o tres ladrillos de adobe. Nos sorprendemos, porque apenas si entienden ya lo que decimos, como si hablaran otras lenguas.

PIETER BRUEGEL EL VIEJO: LA TORRE DE BABEL

jueves, 6 de agosto de 2020

TODA FICCIÓN SE INVENTA A SÍ MISMA


Alonso Quijano, a partir de las ficciones que lee, inventa una ficción (don Quijote). Esa ficción inventa un narrador (Cide Hamete). Ese narrador inventa  un autor (Cervantes), que a su vez inventa otros narradores (que para eso es autor), que inventan una narración que a su vez inventa unos lectores, uno de los cuales inventa otro don Quijote, el cual inventa otro autor (Avellaneda), quien a su vez inventa también otros lectores inventados por otro autor (Cervantes) que han leído ese Quijote de Avellaneda y el otro Quijote de Cervantes, lectores que a su vez son leídos por otros lectores que acaban inventando todos los Quijotes apócrifos que leemos desde entonces.

Toda ficción se inventa a sí misma. Porque la ficción siempre supera a la ficción.

El Quijote: ¿La respuesta más genial de la historia de la ...


sábado, 1 de agosto de 2020

LEOPOLDO LUGONES Y EL TALISMAN DE LA DICHA

Hay un maravilloso —en todos los sentidos—, un maravilloso relato de Leopoldo Lugones, “El talismán de la dicha”, en un librito (un pequeño joyero) titulado Filosofícula (1). En ese breve relato un príncipe mogrebino decide buscar el anillo de Salomón, el talismán de la dicha. No contaré sus peripecias ni sus avatares, sólo citaré su doble moraleja final, grabada en el reverso del pectoral de cobre que cubría la momia de Salomón: «Para ser dichoso, no hay más que afrontar el secreto de la muerte. Pídela si quieres.» Y a continuación se ofrece otra opción: «Mas, para no ser desdichado, basta alcanzar con dificultad las satisfacciones de la vida.» El príncipe mogrebino «decidió simplemente no ser desdichado…»

Leopoldo Lugones, tras haber optado por la primera al igual que el príncipe, el 18 de febrero de 1938, en Tigre (Buenos Aires), decidió finalmente afrontar el secreto de la muerte. Como un Sócrates moderno, ingirió whisky con cianuro.

(1) Eneida, colección Confabulaciones, Madrid, 2013


Leopoldo Lugones junto a su esposa Juana Agudelo

miércoles, 15 de julio de 2020

LA SÉPTIMA FUNCIÓN DEL LENGUAJE

La séptima función del lenguaje es lo que el lenguaje no pronuncia, pero se deja decir. Lo que infiere, lo que sugiere, lo que difiere sin referir explícitamente. La séptima función del lenguaje es el silencio, el silencio que habla, es lo que el lenguaje vierte en el silencio, lo que dice el silencio del lenguaje.


domingo, 3 de mayo de 2020

DÍA DE LA MADRE


LA PALABRA

                   A mi madre, Inés, in memoriam

He buscado, madre, la palabra más grande,
la palabra más limpia, la palabra más clara,
la que al pronunciarse crea lo que nombramos
como siempre hacía el Dios de la infancia.
La palabra umbilical que nos da luz y vida.
La que todo lo dice, la que todo lo calla,
la que expresa tan cálida el amor de la lumbre
en los días en que el viento flagela las ramas,
la palabra que es sombra cuando el sol nos derrite,
el agua en la sed, el pan que nos sacia,
la que enfría la frente en el ardor de la fiebre
y ahuyenta de la noche miedos y fantasmas.
La palabra de leche en los labios del niño
que calma su llanto con canciones de nana.
Siempre aquella que alivia el dolor y la pena
con antónimos que ocultan el temblor de su alma.
La que en mayo enciende el color de las rosas
y en los pétalos del tiempo exhala fragancias.
La palabra que todo lo da a cambio de nada.

He buscado, madre, la palabra perfecta,
la madre de todo, de todas las palabras,
y ahora la he encontrado, ahora la pronuncio,
te la digo de nuevo como recién creada,
la primera, madre, la primera palabra.